Hoy día, más allá del lirismo poético sobre el encanto del cinturón mediterráneo del olivo y de su paisaje embriagador, asistimos desde hace más de dos décadas, y particularmente desde el tristemente célebre 11 de Septiembre, a una realidad desoladora: el diálogo cultural euromediterráneo y euroárabe está resquebrajado. Somos testigos de un empeño sistemático de fabricación de la figura del enemigo. Se multiplican las retóricas insensatas sobre el bien y el mal, dejando poco espacio político para la negociación.